Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

13 sept 2014

RAYO DE LUZ

Rayo de luz,
en alma temerosa,
dulce esperanza...

Ángeles Córdoba Tordesillas © 

Fotografía hecha con estas gafitas que Dios me ha dado.

9 comentarios:

  1. Ojalá la luz de tu esperanza elimine todos los sombríos temores del alma, llenándola de tante belleza como ha retenido esta hermosa instantánea.

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  2. Gracias por tus buenos deseos, Francisco. Cada día la luz de mi esperanza está encendida...y mis gafitas miran a través de esa luz.

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  3. Cuando el último rayo de luz desaparece es cuando se ilumina mi alma al sentir la felicidad de la nocturna compañía deseada.

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  4. Qué afortunado eres, Gautxori. No todos podemos decir lo mismo... a no ser que la compañía deseada sea la propia.

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  5. Fatima Reyes Garcia9 de octubre de 2014, 16:18

    Volar en tu nube en ese precioso atardecer...y adiós penas!

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  6. Está invitada volar en "mi nube" cada vez que lo deses, Fátima. Gracias por tu comentario... ¡Fuera penas!

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  7. Bellísimo atardecer y esperanza compartidas desde tu nube

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  8. Gracias, Manolo. desde esta nube se ven unos atardeceres muy bellos, sin duda. Y en ocasiones mis gafitas tienen la suerte de poder fotografiarlos y la gran satisfacción de poder compartirlos con vosotros.

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