Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

28 nov 2014

UN AMOR IRREFRENABLE (3)

CAPÍTULO TERCERO

“Una hora después”, como rezan en las películas de clase "c", se abre la puerta de la sala en donde atiende el doctor. De ella sale, bien estiradita y con pulsera de oro, doña Ulceritas, mencionada anteriormente por el recepcionista, secretario, enfermero, operario, funcionario, metomentodo… Muy orgullosa, más o menos como entró. Se siente victoriosa, a pesar de no haber conseguido llevarse ni un solo citoplasma. La próxima vez será. Una mirada de soslayo a las personas de la sala de espera, por despedida. El bolso se la lleva del hombro. El doctor muy amablemente les invita a entrar en su consulta:

-Buenas tardes, pueden pasar… pero no hambre.
-No captamos mentalmente… porque yo estoy sin comer todavía.-Replicó Elle.
-Que pasen, por favor y por la puerta. Entren y pónganse cómodos… sin exageraciones.
-Sí, vamos entrando, que es gerundio…Buenas tardes doctor.-Saludó Lui.
-Muy buenas, pero créame, estoy acostumbrado a todo tipo de chistes debido a mi nombre. Ya no me asombra nada, excepto el cambio climático. Pues ustedes dirán… ¿Cuáles son sus rogativas y aspiraciones?
-Lo primero es lo primero… ¿Ha ganado la partida con esa doña; la señora que ha salido?-Se interesó Lui.
-No, esta damisela lánguida y de porte estomacal, me va arruinando día a día… Pinta en oros, ¿saben?
-Sí, ya la hemos fijado en todos sus anillos, cuando salía.-Apuntó Elle, bastante observadora para algunas personas y emblemas municipales.
-Y ahora por favor, si no les importa, vayamos a lo secundario…-Exhortó el doctor.
-Claro. Pues verá… nosotros somos una pareja joven y enamorada, pero no pirómana; a pesar de haber quemado unas cuantas revistas de la sala, que desearía que nuestro vástago, fuera alguien completo, satisfecho y feliz. -Relató el marido de la condenada al parto.
-Explícaselo bien, cariño… Ha sido porque no nos gustaban las portadas.-Añadió Elle.
-No se preocupe, lo entiendo. Les pasa a todos.-Comentó el doctor, intentando restar importancia a la preocupación de los últimos incendiarios.
-Vale. Pues ha sido breve y hemos depositado las cenizas en sus respectivas urnas.-Terminó de concretar, Lui.
-¿Y guapo lo quieren?-Interrogó el doctor. Intentado centrarse en un sólo tema.
-¿Cómo dice?-Preguntó, algo desorientado por el humo, el futuro padre.
-A su hijito. Ya sé que con las cenizas han hecho lo propio…-Zanjó el médico.
-No, esa no es una de nuestras preferencias. Sabemos por su reputación y buen hacer que sirve los bebés a la carta. Pero para lo que nosotros pretendemos, ignoramos si entrará en el menú del día, o no habrá más remedio que recurrir a dicha carta. Estamos despistados y morenos de las últimas vacaciones.
-No te explayes… Ve al grano que luego dices que te pierdes…Es que le gusta escucharse a sí mismo, doctor, pese a su torpeza en expresión oral.-Le recriminó Elle, al ver a su amado que se extendía y divagaba, como ella bajo ese sol que les había regalado un bronceado divino, de costa española. Bueno, ella se extendía y vagueaba, que es parecido pero no es igual.
-Calla, déjame que me estoy explicando.-Protestó el aludido.
-De menú del día tenemos bebitos con pelo ondulado de primero, de segundo, ojos castaños y opacos, y de postre, estatura media… Sin café ni puro.-Informó el doctor.
-Me parece que no es lo que buscamos. Nuestro interés puede ser algo más complicado de satisfacer. Pues es algo menos… habitual, propiamente dicho.
-Prosigan, prosigan, por favor. Me tienen en un “ay”.
-Mire doctor Gerundio… lo que nosotros queremos es…


Ángel Córdoba Tordesillas © 

Acuarelita rápida de doña Ulceritas. Con estas gafitas, sí.

8 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias, Francisco. Le transmitiré tu comentario. Es una persona educada y agradecida. Le gustará.

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  2. Me pregunto si el Dr. Gerundio, decidió ampliar su negocio con una empresa de madres por encargo... compartiendo acciones con Tip, Coll y Groucho Marx.

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    1. Pareces adivino, querido amigo. Efectivamente, el Dr. Gerundio, amplió su negocio exactamente con ese producto que mencionas: Madres por encargo. Obtuvo un éxito espectacular. Y conozco a una que un día se presentó en uno de los establecimientos de la cadena y pidió UNA MADRE (Lo tienes en DIÁLOGOS del mes de septiembre). Gracias por tu comentario.

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  3. Fátima Reyes García.5 de diciembre de 2014, 20:46

    Me parece genial que le hayas añadido estas preciosas "ilustraciones" a la historia.,.esa "cejita" levantada de doña Ulceritas,dice mucho de su personalidad...jijji

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    1. Gracias, Fátima. Estas pinturitas están hechas, como he anotado, de forma rápida e improvisada, sin pretensiones de crear un cuadro de cada una de ellas. Fundamentalmente, como bien dices, para ilustrar la historia y que el lector, tú, puedas hacerte una idea del aspecto físico de los personajes. Un abrazo.

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  4. Fátima Reyes García6 de diciembre de 2014, 15:57

    Pues lo has conseguido con creces,si tus historias antes me "llegaban"claramente,ahora le has añadido más vida,si cabe...¡me encanta!

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