Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

26 dic 2014

DEJAR IR EL DOLOR...

Adiós dolor.
En tenue silencio...
con el ocaso.

Ángel C.T. 

Fotografía de esta misma tarde. Hecha con estas gafitas que Dios me ha dado. 

10 comentarios:

  1. Deja huir al dolor y permite que entre la dulzura, tu eres paz, tu eres cielo.

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  2. Fátima Reyes García27 de diciembre de 2014, 17:41

    No hay nada como contemplar un bello atardecer para aligerar peso del alma,Ángel,totalmente de acuerdo contigo,amiga mía.

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    1. ¿A que sí?... Sientes que se diluyen las penas y sólo queda ese sentimiento de felicidad y agradecimiento por estar vivo/a. Gracias, Fátima, por pararte a contemplarlo, desde mi nube.

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  3. ¿Cómo hacer cuando es el dolor el que ese empeña en quedarse? A veces parece tan fácil y otras tan complicado, es curioso.....

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    1. Nunca sabremos hasta qué punto nosotros lo retenemos porque puede que tenga algo que mostrarnos... Espero que se vaya para siempre e incluso sin despedirse. Eso significará que ya habremos aprendido lo suficiente de la enfermedad y que estamos preparados para aprender de la salud. ¿Verdad que sí?
      Gracias por tu comentario, amiga. Un abrazo y un empujón a ese dolor...

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  4. Dejar ir el dolor, mirando ese atardecer y esos colores , dejarse cautivar por ello, sana.

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    1. ¡Gracias, Silvia! Qué bien que te hayas animado a entrar en esta amistosa nube para visualizar, en esta ocasión, como el dolor se va y, esperando que tú te quedes por aquí... Un abrazo y feliz 2015.

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