Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

16 dic 2014

LA COLECCIONISTA DE BESOS (2)

Te envío besos con ramificaciones nerviosas para mayor sensibilidad.

Y alguno portátil para que te haga cosquillas en las orejas y luego te prepare la cena. Besos y más besos... caldos y ensaladas de ellos. Besos a porrillo, con sabor a membrillo.  

Algunos de botijo, para beberlos a chorro y quitarte la sed de besos.

Y esquejes de besos con raíces, a ver si prenden en tu jardín y crecen más besos. 

Y otro con alitas, de pollo hembra, para que te ponga besos sobre la almohada, antes de que cante el gallo... y la carne de gallina.

Los tengo light que no te engordaran el ego y con cafeína, para que te desvelen y pienses en mí.

También los he conseguido prestados, a bajo interés, supuestamente, hipotecados… Estos ya te matan, pero no engordan tampoco.

No tengo más para enviarte… de momento.  Mi amor ya es un largo beso… a ver qué haces con él.


Ángel C. T. ©2014


Beso, besado,con estas gafitas que Dios me ha dado.


4 comentarios:

  1. Qué bonito!!! Me ha encantado, y he acabado empachada de besos, pero con una sonrisa, poniéndome en la piel del destinatario. Es muy bueno, Angel!!

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    1. El destinatario es cualquiera que lo lea y lo sienta, como has hecho tú, Susana. En este caso, serían besos amistosos. Puedes ahorrarte los light, porque no quiero que nuestra amistad te produzca nunca insomnio y también los de alitas de pollo hembra, por razones obvias.
      Otro beso más, por si te han sabido a poco.

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  2. Por favor, a mi póngame uno light y un par de ellos de botijo, si es tan amable y envuélvamelos para llevar, así tengo sus besos a mano para cuando me apetezca uno.
    Jajajaja, ¡¡Gracias!!

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  3. Huy, no había respondido a tu comentario, Arantza. Disculpa. Andaría ocupado fabricando más besos.
    He tomado nota del pedido. Marchando.
    Gracias.

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