Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

7 dic 2014

UN AMOR IRREFRENABLE (6 Y ÚLTIMO)

CAPÍTULO SEXTO Y ÚLTIMO

-Entonces para resumir: Sus motivaciones están claras como la luz del día. Quieren un ser querido, fruto del amor de ambos, y del trabajo del hombre,  o sea del mío, que ya se está engendrando en el vientre materno, que reúna las condiciones físicas, sociales y laborales, de los dos sexos, estos mismos inclusive. ¿Es correcto?
-Eso es. Queremos todo así, más recogidito, en un mismo cuerpo, también menos gastoooo…
-¡Ahhhh, ese tema… cómo nos condiciona!… Pero sí, es inevitable darle vueltas a todo.
-¿Y la madre no tiene nada que decir?-Preguntó el doctor.
-Sí…-Respondió Elle.
-¿…?-Incentivó el doctor Gerundio.
-Que se me clava el respaldo del sillón y me suenan un poco las tripas… Va siendo hora de ir pensando en salir a comer algo.
-Elle, la verdad es que no dice mucho, ya ve, porque tiene hambre, hambre y hambre…-Explicó el marido.
-Qué bueno es eso, madame.-Aprobó el galeno con una sonrisa profesional y bien ensayada.
-Ya le digo…- Replica él.
-¿Dónde van ahora ustedes?
-Necesariamente, a nuestra casa…-Respondió Elle.
-¿E innecesariamente?-Quiso saber el doctor.
-Podríamos ir a cualquier parte… ¿Por qué?... ¿Qué propone?-Preguntó Lui.
-Nada. Que no suelten prenda de esto a sus vecinos. Si van a casa vayan por la acera y con temperamento, que no piensen que vienen de un entierro. Caminen erguidos, alegres y con picardía… así, tampoco, nadie sospechará que van ustedes a degustar el plato especialidad, fuerte, de la casa.
-Descuide, haremos todo eso y más… Miraremos escaparates de ordenadores y equipos musicales, para disimular.-Informó Lui, queriendo hacer bien las cosas desde el principio de los tiempos.
-Ni hablar, que tengo hambre…-Rechazó Elle.
-Me parece bien. Pues en cuanto tenga preparado el tratamiento, les aviso para que vengan a probarlo. Usted cuídese mucho y no olvide que los consejos de un doctor son como los de un buen gourmet.-Habló dirigiéndose a ella- Nada de sexo del bueno  y a soñar dormida. Para soñar despiertos, ya nos tiene a su marido y a mí. Y para lo otro… me ocuparé de ello personalmente.  Despreocúpese y átese bien los cordones de los zapatos antes de salir a comprar el pan cada día.
-Es que yo voy con zapatos de tacón de aguja, precisamente, a comprar al super.-Aclaró ella.
-¿Pero es que es usted practicante del sado?
-No. Soy ama de casa y de rutinas oficinales… pero de nada más… ama, digo.
-Y además ama a este individuo que le acompaña.
-Así es.
-Pues bien. Debería llevar mejor zapatillas acordonadas. Es más seguro y no resbalará por las mañanas. Dese cuenta de que sus pies son desmesurados.
-Si usted lo dice.
-Y va a tomar tres gotas de veneración y entusiasmo a la medicina oficial, después de cada comida y una cucharada de solemnidad farmacéutica, antes de la cena y a correr… Siempre con las zapatillas bien atadas, acuérdese de eso.
-Doctor pero si no me duele nada.
-Tranquila, no son más que vitaminas.
-Pues gracias por todo, Dr. Gerundio.
-A ustedes por su confianza. Ya les avisaré.
-Adiós, hasta la próxima visita.
-Adiós. Hasta la próxima. Nos estamos hablando… Ya saben, me condiciona mi apellido.

Cuando la entrañable pareja salió de la consulta, el Dr. Gerundio; especialista en obstetricia, psiquiatría, ingeniería genética, etc., se quedó mirando con ternura a aquellos dos seres, semi-racionales, y pensando en qué, a pesar de la gran evolución filogenética de su especie, y del impresionante avance científico que había dado lugar a esa casi fusión con la humana, qué monos seguían siendo…


Ángel Córdoba Tordesillas ©

Acuarelita rápida de Elle y Lui, saliendo de la consulta del Dr. Gerundio. Realizada con estas gafitas que Dios me ha dado .

10 comentarios:

  1. Fátima Reyes García8 de diciembre de 2014, 20:29

    Genial Ángel,pero yo sigo en mis 13 de buscar 3 pies al gato...la historia es divertidisima y con mucha "miga"

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    1. Gracias Fátima. Pero no sólo de "pan" vive el Hombre... También de hermosas poesías...

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  2. Preciosa historia de lo más seria en divertido envoltorio surrealista con inesperado final. Muy ilustrativa la imagen de esa suelta acuarela hecha con tus gafitas.

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    1. Muchas gracias por tu comentario Francisco. Es un placer saber que a lo que dedicas tiempo y cariño consigue gustar y entretener, al menos, a unos cuantos.

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  3. Genial Ángel. Hay materia para continuar, pero eso lo decides únicamente tu. Me quedé con las ganas de más. Diálogos divertidos, casi mágicos, en los que subyace dese el humor y la ironía, los anhelos humanos.El personaje del Doctor Gerundio me parece de una genialidad irrepetible. Gracias Ángel por estos regalos que nos haces.

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    1. Manolo, sé que hay materia para seguir narrando las peripecias de esta fantástica pareja, del Dr. Gerundio, Don Leandro e incluso de Doña Ulceritas. Todos estos personajes tendrían cuerda para rato, es verdad. Pero verás que tengo muchos otros esperando en relatos que presumo que serán, al menos, tan entretenidos como éste, y están deseando salir a la palestra.
      Espero que también esa sea tu opinión. ¿Me la contarás.
      Gracias a ti siempre, por visitar esta nube y comentar de forma tan positiva tus impresiones.

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  4. Claro Ángel, es también mi opinión; seguro que salen de tu pluma personajes inolvidables como estos o mejores, porque tienes una mente prodigiosa; pero no pude reprimir mi deseo de que siguiera. Gracias a ti por estar y por tu amistad.

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    1. Soy consciente de que con tus comentarios, Manolo, no buscas de forma intencionada promocionarme, pero ojalá alguna editorial pudiera acceder a ellos, a ver si de esta manera se interesasen por leer, después, mis relatos. Gracias por tus opiniones tan positivas hacia las cositas que mis gafitas cuelgan de esta feliz nube. Me hacen mucho bien.

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  5. Al fin conseguí leerlos todos! Fantástica esta historia con ese puntito de sarcasmo que refleja tan bien lo monos que somos los llamados seres humanos, con nuestros caprichos confundidos con amor y pretensiones de control que lo descontrolan todo....muy bueno el humor surrealista con esos diálogos que te caracterizan. Ojalá lleguen a las manos o la vista de algún editor que valore y publique tus relatos ilustrados con tus acuarelitas ...sería una joyita de libro....besitos, Angel

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    1. Gracias por esta expresiva manifestación de afecto y admiración. Nada surrealista y con el punto exacto de buenos deseos.
      Un fuerte abrazo, Susana.

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