Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

4 feb 2015

CAMINO BLANCO

El mismo camino que ayer pisé,
hoy es camino nevado.
Puede ser que a otro destino
lleven mis pasos…

Ángel C. T. ©2015


Fotografía hecha con estas gafitas que Dios me ha dado.

8 comentarios:

  1. Puede ser. Pero, al menos, mientras haya nieve, permanecerán las huellas de tu paso. Preciosa foto, Ángel.

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    1. A veces durante el viaje, el paisaje es variable, en función de muchos factores. Esto hace posible que el mismo camino pueda llevarte a otro destino, completamente distinto al que esperabas. Gracias, Francisco.

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  2. La nieve lo convierte en un camino distinto, hermoso, aunque siempre lo es, pero diferente. Con otra perspectiva, aunque sigue siendo tu camino, que te conoce bien

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    1. Vamos que si me conoce, Manolo... ¡Como que somos íntimos! Gracias por tu comentario.

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  3. Fátima Reyes García5 de febrero de 2015, 20:40

    El camino siempre será para ti, resplandeciente, como la blanca nieve...como tú alma...y tu destino es el que tan amorosamente estás forjando día a día, a golpe de esfuerzo y amor por lo que haces.

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    1. Me emocionas, Fátima. Sólo puedo darte las gracias por estas palabras. Creo que el destino es el camino. Y ojalá sea blanco y resplandeciente, como tú dices. Un abrazo grande, amiga.

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