Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

17 feb 2015

SALA DE ESPERA

-Este hombre es un metijón.
-¿Qué ha hecho ahora?
-Se transparenta como el papel de plástico.
-Dice que no sabe nada de aquél entonces.
-Se llama Adrián y nadie lo conoce. No se pasea ni por lo previsto.
-Bueno, es uno de tantos…
-Ni qué decir tiene.
-Ni dinero tampoco.
-Me lo imaginaba.
-Recomendación del médico. Dice que cante que es bueno para la garganta.
-Pues yo duermo más de ocho horas diarias.
-¿Le gusta la lechuga empanada?
-Yo no voto nunca… ni en elecciones.
-¡El siguienteee!... –Llamó la enfermera del otorrinolaringólogo-¿Qué… para limpiarle de cera los oídos?

Ángeles Córdoba Tordesillas ©2014 

12 comentarios:

  1. Me he reído un montón con su-realidad y me ha hecho pensar en clave de metáforas que, si no son ciertas, están bien encontradas. Hay quien limpia la cera de los oídos con leche (mala) hirviendo.
    Felicidades y gracias por ofrecer tantas lecturas con tan pocas líneas.

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    1. Me alegra que te haya divertido este minirrelato, Francisco, metáfora de la sociedad en que vivimos. Hablamos pero tantas veces no nos entendemos... en ocasiones es porque no oímos bien -como les sucede a estos pacientes de esta curiosa sala de espera- pero la mayoría de ellas es porque escuchamos solamente lo que dice nuestra mente, mientras el otro habla y cree que le escuchamos a él. .

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    2. Tienes razón Angel. Eso es lo que pasa......cómo cuesta escuchar-escuchar. Muchos besos

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    3. Bueno es que, por lo menos, nos demos cuenta de ello, Susana. Y creo que con sentido del humor comprendemos mejor todo. Muchos besos para ti, amiga, y gracias.

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  2. Jajajajaja....y todos tan contentos, a lo suyo.....surrealista de lo más real. :)

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  3. Es una manera como otra cualquiera de "desconectar" cuando algo no nos interesa. Hacernos los sordos.
    La sordera a veces puede ser selectiva.
    ¡¡Me lo he pasado genial con tu relato!!. Gracias Angel.

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    1. A veces es selectiva, Arantza. Cierto es. Hace falta un buen oído para discriminar bien lo que se desea o no escuchar. Me alegro de que te haya entretenido. Gracias por tu comentario.

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  4. Me he divertido muchísimo, me ha hecho reir, y también me ha hecho reflexionar en relación a lo que oimos y lo que escuchamos. Esta escrito con la frescura y originalidad de siempre, y eso nos permite su lectura en más de una ocasión sin que nos canse en absoluto y disfrutando de cada párrafo.

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    1. Estoy encantada de que os resulte divertido este minirrelato, Manolo. Y si además sirve de reflexión sobre el tema de diferenciar entre oír y escuchar, mejor que mejor. Gracias por tus halagos a mi forma de expresar estas estrafalarias historietas, "reales" como la vida misma.

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  5. Fátima Reyes García17 de febrero de 2015, 21:31

    Genial, Ángel, no me gusta repetirme, pero es verdad que eres única haciendo un tierno y divertido disparate de una cruda realidad.

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    1. Gracias, Fátima. Perdona si yo me repito diciéndote lo amable que eres siempre con tus comentarios pero es lo que pienso, amiga.

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