Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

18 mar 2015

UN SUEÑO

La princesa saca de la caja
un sueño.
Lo sacude
y lo limpia de telarañas…
Puede ser que aún
quede tiempo
para juegos
y fiestas.
Los ratones
ya no siguen al flautista
como antes…
ni que sean colorados.
Ahora lo hace 
una ardilla interina.
Pero quién sabe
si en el camino,
las princesas
solitarias
se podrán convertir
en sirenas
enamoradas.

Yo sé que tú y yo somos reales
lo demás es una ilusión.


Ángel C. T. ©2015

4 comentarios:

  1. Fátima Reyes Garcia18 de marzo de 2015, 23:58

    Nunca fui princesa al uso
    mas sirena quise ser..
    y tener ilusiones, sin pecar de iluso
    y sin ser costurera
    ilusiones tejer.
    Soñar realidades
    en una nube
    de la mano de un Ángel
    ¡sublime placer!

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    1. Gracias, Fátima, por entrar con todo tu arte a esta nube soñadora.

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  2. Que maravilla tener una caja llena de sueños.

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