Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

18 abr 2015

VIVIR SIN MIEDO

Espantando de madrugada lágrimas de emoción… Cuánta verdad hay en estas palabras, ni una de más ni una de menos, dichas con la banda sonora de la música del alma.

Hay pocas personas que sepan de lo que hablan, cuando hablan. Qué hermoso es utilizar el lenguaje de una forma tan sencilla y tan directa. Y qué placer, escuchado o leído, cuando las palabras toman vida propia, dando forma a los pensamientos y un sentido literal a su existencia.

La vida me llama, constantemente, a veces me grita para que no pierda el tiempo en lo que no lo vale. Dice mi nombre, en el silencio, y me reta a que atraviese sus horas con toda mi fuerza, ¿poca o mucha?... No lo sé… la que me queda.

Y me despierta y me levanto -apenas dos horas de sueño- y me encuentro este regalo tan especial... Qué bueno es hallar la sabiduría de los años en las personas que saben, o han sabido, cumplirlos con sabiduría; es el mejor legado que pueden dejarnos.

A las dos de la mañana, ya ha empezado mi día. No, no tengo prisa por vivir, es la vida que tiene prisa por que la viva.

Buenos días a todos...  y sin miedos.

Ángeles Córdoba Tordesillas

Homenaje a Eduardo Galeano.

(Gracias)

Eduardo Galeano-Vivir sin miedo

6 comentarios:

  1. Que hermoso relato Ángel. Y qué importante vivir sin miedo y con la intensidad que te da la vida.

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    1. Sí, Manolo, es deseable vivir sin miedo y lograr que el instrumento que somos está bien afinado, para que nuestra música suene melódica, todo un reto. Tú de música entiendes un rato largo. Gracias.

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  2. Hay fuegos que arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear....y quien se acerca, se enciende. Qué preciosidad, Angel. Me ha gustado muchísimo. Tú eres de las que ardes la vida con chispas. No te extingas nunca. Gracias por este ratito de Galeano. Por mi parte me siento regalada, ya que, como dice Eduardo, hoy la música suena fea en mi alma, o mejor diría desgarrada y triste....vienen bien estas palabras.....un abrazo fuerte, amiga.

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    1. Gracias a ti, Susana, por apreciar estas sabias palabras y por tu afecto. Espero que escuches esa música que suena siempre en tu interior tan hermosa como es. Un abrazo, amiga del alma.

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  3. Me ha emocionado, llevo unos días muy sensible y ver a este hombre diciendo tantas cosas que yo he vivido y vivo. Cómo veo la vida y cómo la vivo, cómo me ven los demás y cómo soy en realidad.... en fin, como él dice: el misterio del dolor humano.
    Gracias y un beso.

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    1. Me alegra mucho que también te haya emocionado, Arantza. Cuánta enseñanza hay en esas palabras, ¿vedad?
      Estoy aquí para lo que necesites, amiga. Gracias por compartir tu sensiblidad.

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