Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

21 may 2015

EN CALMA

Y respeto
el silencio que has dejado.
Una llama fría
en medio de la hoguera,
que ya no arde
pero quema.

El tiempo,
con sus horas pesadas a cuestas,
pasando por delante
de la puerta de mi casa.

Muchas preguntas sin respuestas.
Dudas sin resolver
de posibles razones ocultas.

Intento permanecer
en calma y escondida
para no molestar a tu memoria.

Respetando tu distancia
o tu recelo
o, quién sabe…
si una despedida sin adioses
ni te quieros.

Lo respeto,
porque te respeto.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


4 comentarios:

  1. Es bellísimo, rezuma una cierta melancolía. Me encanta.

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    1. Gracias, Manolo. Me alegro mucho de que te haya gustado. Sí, la melancolía está dentro de esa casa y del poema.

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