Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

19 jun 2015

LA PAZ

La paz tiene recursos.
Sabe cómo huir fácilmente
y cómo defenderse de lo que le duele
y cómo resistirse
sin enfrentarse.
Tiene contactos la paz.
Se lleva bien con la honestidad
y la actitud generosa,
casi primas hermanas.
Grande la paz,
en sus humildes
y contundentes discursos,
sin palabras, sino de voces calladas
y extendidas manos,
de corazones abiertos.
Prodigios y mensajes
llenos de milagros de esperanza
y doctas supervivencias
en las conciencias aseadas.
Suerte de paz,
leal compañera,
que siempre llega
porque siempre está.
Y sólo viaja
de dentro afuera,
como la felicidad.

Ángel C. T. ©2015

Autorretrato hecho por mis gafitas. Cachorros, de león y cordero, amigos.

2 comentarios:

  1. Maravilloso poema, digno de mejor gloria y elogios que estas pobres palabras mías. Magnífico el autorretrato, con ese colorido con tuyo, tan propio, que resulta inconfundible.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tus palabras nunca son pobres, Manolo, y menos escritas siempre con el afecto y el respeto que lo haces. Te las agradezco mucho.

      Eliminar