Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

13 jul 2015

SIN JUGAR PERO AMADA

Movida por un sentimiento de autocomplacencia,
añoro todo aquello que no he vivido
y lo que viví sin darme cuenta.
Ingenuamente, en piel de otro,
y serena, a base de raíces y lodos,
crezco ilusionada,
hasta las últimas consecuencias
por amores verdaderos
como los que se fueron...

¿A qué juego?
No juego a nada.

Parece que sin destino me encuentro,
tal vez, desganada.
Revancha de arte y locura,
suscitada por mi cuerpo en las ausencias.
Hay puertas que nunca se cierran
aunque se echen candados.
Hay silencios que nunca se mueren
y gritan, y gritan…
cuando todo se calla.

¿A qué juego?
Contigo, no juego.

Eres una promesa,
una esperanza…
Inevitable bosque
donde me pierdo a conciencia,
para encontrarme entre tus brazos
sin jugar pero amada.

Un chispazo con sensibilidad
casi hierro, casi eterno,
prendió entre nosotros...
Fuerte como marea salvaje.
Allí mismo me ahogo, ahora,
para que me salven tus palabras.
Sin juegos ya
y con un boca a boca.

Estoy cansada y ya no juego.
¿A qué juegas tú?
Si eres mi amor… ¿a qué juegas?

Ángel C. T. © 2015


4 comentarios:

  1. Impresionante.....me muero de sueño, aún así, aprecio la belleza de tu poema.
    Un beso, amiga

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    1. Pues mira, estamos a la par. Tú has leído y comentado con sueño y yo en estos momentos me caigo de ídem. Gracias por entrar y comentar, Susana. Otro beso para ti.

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  2. Me ha impactado por su belleza este hermosísimo poema de amor. ¿Como se puede expresar algo tan bien, tan emotivo?

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    1. De la misma manera que se puede sentir, de la forma en que tú lo sientes, Manolo. Gracias por transmitirlo tan maravillosamente bien.

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