Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

30 sept 2015

SOY CASI LA UNA

La una menos diez.
Perdona si me tomo la libertad…
Puede ser que sea la hora de hacerlo.
A una... le entra apetito ya de ser libre
y salir de estampida.
A una... le falta poco para estar completa.
A una… menos diez.
Menos nueve, dirán algunos…
que juegan con los número enteros.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©

(Dos oportunidades tengo al día para ser la "una" y siempre me pilla despierta, por la cuenta que me trae)


2 comentarios:

  1. Casi la una, falta poco y tu con ese habitual insomnio, que ya no lo es porque convive contigo el reloj de tu existir. Me gusta aparecer de rondón y desearte las buenas noches, y decirte que voy a zzzz, aunque se que tu nos vas a seguir deleitando con tus comentarios, siempre oportunos a aquello que ponemos tus amigos, o contándonos historias, relatos o poemas que al día siguiente, yo al menos, estoy ávido de leer.

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    1. Preciosa despedida del día, Manolo. Mis gafitas y yo te agradecemos este afecto que nos muestras, con o sin insomnio.

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