Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

17 sept 2015

RUINAS

Hubo vida.
Alegría, momentos compartidos.
Comidas cocinadas en hornos de leña.
Niños saltando, corriendo.
Prisas en las mañanas
al escuchar el canto del gallo.
Y gallinas poniendo,
quizá algún cerdo
u ovejas y abejas.
Lana, queso y miel
para los jerseys y las meriendas.
Inviernos, dorados otoños,
veranos de fuego y primaveras.
Hubo sueños,
Y ahora una bella foto de recuerdo
de esos sueños, de esa vida,
que tal vez se realizaron lejos...

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


Fotografía de Juan Fernández.

2 comentarios:

  1. Hubo vida sin lugar a dudas y tu la describes poéticamente como si la vida estuviera: ovejas sin esquilar, quesos, aves de corral, y hasta un panal de rica miel. Lo veo, si.

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    1. Y, lo principal, seguro que hubo felicidad.
      Gracias por tu comentario, Manolo.

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