Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

30 sept 2015

UNA BRISA MUY MARINA

Brisa marina sólo quería novio o amante, le daba igual, mientras fuera formal, estuviera vacunado contra la vanidad y echao palante. Pero le habían hecho varias pedidas de mano, en el último verano, por lo tradicional, a lo payo, y por el rito gitano y no se había decidido. Eso de liarse la manta a la cabeza y en pleno agosto, como que no….

-No me llames desodorante pero debo abandonarte.-Le dijo al último pretendiente, por “pasarse de la raya” de uno de sus mares.
-Pues por mí, como si te compras una burra y te vas a las ferias de las momias, en Egipto. -Le dio éste por respuesta, ofuscado por el plantón, sin merecerlo ella, en todo su derecho de enviarle a paseo por no querer compromiso con él, ni con un gemelo suyo, en el futuro.
-¿Pero allí se celebran esas fiestas?-Preguntó Brisa, ingenua como niña, sin reparar en que el otro le estaba dando un corte de manga verbal bien dado, enviándole a paseo por lo fino. 
-Ah, qué sé yo… por si se hicieran. Nunca he estado en Egipto. No pasa por ahí mi línea de autobús para ir al trabajo.-Remató el "soplagaitas", como si hubiera sido poco el latigazo metafórico... ahora sarcasmo.

La brisa marina, toda indignada por el trato recibido, finalmente, se lió la manta a la cabeza y se hizo un tocado egipcio de lo más chic y sacó el primer billete en burra de la historia, para estar puntual al comienzo de esas ferias tan africana, o más, que ciertas memorias. Quién sabe si allí, el propio Nilo saliera a recibirla en mangas de camisa…  

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


Fotografía de facebook. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario