Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

9 oct 2015

LA DISTANCIA HASTA MI CASA

Camino en la soledad.
Sin prisa, nadie me está esperando.
La tarde está cayendo y poca gente en la calle.
Camino absorta, huyo del frío y de la multitud.
Me abrigo con la piel de las horas.
Cubro mi boca con el recuerdo de tus labios.
Y así permanezco callada y observando.
Hoy también es día lectivo.
y los niños no reparten sus juegos por los barrios.
Ellos alegran con sus gritos las tardes
de los sábados y festivos.
A veces, mi mirada se cruza con la de algún perro
que acompaña a su amo, en las noches sin luna.
Ellos entienden mi caminar pausado, pesado.
Aprendieron la infelicidad que se siente
con la ausencia del ser amado.
Ando por la plaza cerca de mi balcón.
Pronto he de llegar al escondite  de mi llanto.
Doy vueltas y vueltas a la manzana,
como un vagabundo embriagado.
Ya las calles han quedado vacías.
Sólo escucho el sonido de mis pasos.

Ángel Córdoba Toresillas ©


John Singer Sargent. (Florencia,12 de enero de 1856 – 14 de abril de1925) 
El "retratista de más éxito de su generación".

2 comentarios:

  1. Caminas, paseas, piensas, observas, miras, vives. Bellísimo poema, y una maravilla el cuadro de John Singer Sargent.

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