Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

4 nov 2015

BANDERA BLANCA

A veces, rendirse es la forma más sabia de ganar una guerra.
Especialmente cuando el que la inicia, sintiéndose tu enemigo, se empeña en serlo.

Ángeles Córdoba Tordesillas. ©


Fotografía de su autor. 

6 comentarios:

  1. Corto y conciso ! en este caso la rendición es la mejor opción ( esos empeños no son cosa nuestra ).Un beso Ángeles.

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    1. Así es, Joaquina. En absoluto tiene alguien que entrar en una guerra que nada tiene que ver con su vida. Pero hay personas que sienten necesidad constante de encontrar enemigos por algún lado; a todos ellos les diría que intentarán verse a sí mismos como amigos. Los enfrentamientos con los demás se acabarían.
      Un abrazo.

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  2. Nuevamente estamos de acuerdo , tus reflexiones las hago mía y añado , que el peor enemigo en ese tipo de guerras es uno mismo .

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