Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

5 nov 2015

CONSCIENCIA Y VIDA

Cuanto más consciencia tengo de la muerte,
más amante soy de la vida.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


7 comentarios:

  1. Cuanta razon hay en este pensamiento y que foto tan hermosa y dulce, mostrando la bondad e inocencia pura del nacimiento de una nueva vida, un nuevo ser. Un abrazo.

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    1. Otro abrazo para ti, David. La consciencia ayuda a apreciar todo desde un punto de vista más real.
      Gracias y feliz tarde ya.

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  2. Cuanta sabiduria tienes dentro de ti. Que es muy grande lo que dices. Un abrazo

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    1. La sabiduría interior está en cada uno de nosotros. Solamente hay que dejarla salir. Otro abrazo para ti, Celia.

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  3. Siempre digo que existen dos únicas verdades absolutas. Que nacemos y que morimos. Para muchos hay una tercera verdad que se llama "dios". Es una hermosa y certera reflexión la tuya, apreciamos la vida porque es corta, porque es intensa en emociones, en amores, en alegrías, y también en dolor y tristeza, como justa compensación.

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    1. Y entre ese nacer y ese morir... ¡la vida!
      Esa vida que conlleva todo esto que tú comentas y que merece la alegría experimentar intensamente. Gracias, Manolo.

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