-Queda usted detenido por arrastrar por la calle tres pronombres y sin licencia.
-¿Cuáles?
-Éste, ése y aquél.
-No, un momento, aquél se ha venido conmigo, no lo traje a la fuerza. Quería estar cerca de éste.
-¿De quién… de ése?
-No, de éste, con quien quedé ayer por la tarde para hoy, entre el adverbio de tiempo y otro adverbio de lugar, llamado aquí.
-¿Y ése entonces, vino obligado supongo, para su desdicha?
-Pues tampoco. Vino por curiosidad morbosa. Quería saber qué pasaría con nosotros.
-Mire, váyanse todos de inmediato, antes de que se me acabe la paciencia.
-Gracias. La verdad es que tenemos algo de prisa... Hemos quedado con ellos y no queremos llegar tarde.
Eso sí, puntuales son como nadie.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
Que bueno con este ese y aquel. La verdad, muy gracioso el dialogo. Un beso
ResponderEliminarGracias, Celia.
Eliminar¡Tan puntuales cómo graciosos !.Los cuatro jajaaj!
ResponderEliminar¿Son cuatro?... Espera que relea, no recuerdo ahora cuántos son.
EliminarGracias, Joaqui.
Ay ,ay Ángeles adrede y no ha sido por no contar bien los tres pronombres .Pero me ha resultado tan gracioso él que ha hecho la detención, que lo he juntado con los pronombres;cualquiera no tiene su gracia jajaaj y ahora acabo con una palabra ,que se usa mucho en mi pueblo para casi todo ( y yo fiel a ella ) eaaaaaaaa.Un beso con cariño.
Eliminar¡Pero si era broma, mujer!
EliminarDe verdad es que no recordaba los que había escrito. Posiblemente cuatro o más. Además está bien contado: Son cuatro, los tres y él, el que los lleva. Un beso, ea.