Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

23 dic 2015

CESTA DE NAVIDAD

Mis gafitas y yo hemos colocado dentro de unas cestas un montón de sorpresas:

Colores y canciones. Sonidos e ilusiones. Notas musicales sueltas para sazonar al gusto. Planes sin escaparate. Muchas esperancillas rellenas de alegrías. Salud a raudales y forrada, para amortiguar los golpes de efecto y emocionales. Cariños y mimos, para los adultos-niños. Los que aún creemos en lo mágico, en lo sobrenatural, en lo fabuloso. Las distribuyo sin sorteo previo. ¡A ti te toca seguro!

Tengo versos especiales navideños, cuando quieras te los suelto. Van sin empaquetar, cuídamelos, si no es mucho pedir. Románticos unos cuantos. Dulces como sonrisas con destellos de aguamarinas, ésas que te calan el alma. En fin… que me parezco a la Caperucita cuando va de visita a casa de su abuela pero sin caperuza y sin abuela, porque modestia no tengo.

Gracias a todos los que nos seguís, por seguir siguiéndonos y deseando que sigáis haciéndolo.

¡FELIZ NAVIDAD!

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


4 comentarios:

  1. Feliz Navidad mi querida Ángel. Tus regalos me llegan y los guardó como tesoros que son.

    ResponderEliminar
  2. Respuestas
    1. Supongo que ya has comprobado que te ha tocado esta cesta sin sorteo. Otro beso para ti, Celia.

      Eliminar