Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

1 mar 2016

LO NECESARIO

Para estar a la altura no se necesita ser alto.
Ni ser guapo, para ser bello.
Ni tener dinero para ser rico.
Tampoco tener cultura, para ser sabio.
Ni aprender a ladrar, para ser un leal compañero.
No necesitas saber escribir la palabra amigo, para serlo.
Ni tener buena vista para ver con claridad
o poder oír para estar atento.
No necesitas un metro para medir tus palabras,
siempre y cuando tengas conciencia de cada una de ellas
y del alcance que tienen, incluso las más cortas.
Para ser valiente no es necesario más que no esconderse
cuando tu miedo te lo ordene.
Y para ser responsable de tus actos, desobedecer a la mente.
No es necesario estar preso para no ser libre.
Ni usar el pasaporte para viajar, si tienes imaginación.
Para ser dulce no necesitas tomar azúcar.
Ni estudiar ingeniería, para ser ingenioso.
No hace falta parecer bueno para serlo.
No precisas firmar autógrafos, para ser importante
ni que reconozcan tu arte, para ser artista,
o que alguien te aplauda para ser alguien.
Que la sencillez también engrandece.
Y recuerda que, para sentirte querido, no necesitas a otro
mientras no te olvides de amarte a ti mismo.
No necesitas enfermar para ser paciente,
como tampoco ser paciente para tener paciencia.
Y para dar el "do de pecho" ante cierta enfermedad,
no tienes que ser cantante.
No necesitas disfrazarte de bombilla para ser luminoso
ni ser una estrella para ser brillante.
No necesitas equipaje para viajar.
La muerte llega y nos lleva a todos.
No olvides que estamos de paso pero no de paseo.
No necesitas buena memoria para tener presente
que el instante de ahora es lo único que tienes.
Ni tener alas para ser un ángel.
Pues un ángel no es un ave sino un mensajero.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©



6 comentarios:

  1. Necesitas ser tu, con tus miedos, tus ilusiones, tus emociones, tus sentimientos. Lo dices tan bien, es tan certera tu reflexión, que hay poco que añadir. Bueno, yo añadiré un beso.

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  2. Otra vez me has vuelto a provocar lágrimas de emoción al leer éste maravilloso poema, mil gracias hermanita, un fuerte abrazo.

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