Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

14 may 2016

ALGO PROHIBIDO

Una locura,
un sinsentido.
Algún día he de hacer
algo prohibido.

Por una vez
romper un plato
soltarme el pelo,
sacar los pies del tiesto...

Una locura,
un sinsentido,
algo prohibido,
tiene un porqué,
cuando la vida
es aventura.

Y lo es.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


Llevo tres años enamorada de este cerdito... (El cerdito de las galletas)

4 comentarios:

  1. Que graciosa has estado.Un abrazo hermana,te quiero.

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  2. Que gozo este pequeño poema, y qué divertido el vídeo del cerdito por más que el pobre no consiga el objetivo.

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    1. Es entrañable este cerdito, Manolo. Me encantaría que algún día lograra comerse esas galletitas. Lo merece, por ese tesón que tiene.
      Gracias.

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