Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

29 sept 2016

AMBROSIO Y SU DÍA DE MALA SUERTE

"Hoy es mi día de mala suerte aunque no sea martes y 13. Lo sé, me lo dice esta intuición que tengo, heredada de un tío mío de Japón. No creo en los horóscopos ni en la numerología ni siquiera en la magia negra. Todo eso son paparruchas, nada más. Yo creo en ese sexto sentido que nunca falla. Y hoy me ocurrirá algo fatal, lo tengo claro y estoy psicológicamente preparado para ello".

Y le tocó La Lotería Primitiva

Con el dinero que consiguió, se compró una bola de cristal... para ponerla de lámpara en el techo del salón y montó una discoteca para sus amigos.

FIN INTUIDO

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


Ambrosio celebrando su "día de mala suerte". ¡Imaginaos cómo será, para él, uno de buena!. 

2 comentarios:

  1. Por un momento pensé que le había dado un infarto del alegrón, de ahí su mala suerte.

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  2. Pues he escuchado que en alguna ocasión ha sucedido esto que tú comentas, Manolo. Y mira que es desgracia... no poder disfrutar de un premio de este calibre.
    En este caso Ambrosio lo está haciendo. Solamente que se ha dado cuenta de que lo de las premoniciones no es lo suyo...

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