Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

5 dic 2016

APARIENCIAS

-¡Leñe con la niña! Ha derramado toda la salsa tártara encima de mi bolso de Carolina Perrera. Ahora huele que apesta y además no podré presumir de ir conjuntada, en lo que me queda de vida entera.
-Anda que tú también… la ocurrencia de poner el bolso sobre la mesa en un Burger
-¿Acaso no recuerdas, Martelo, que el mes pasado en este mismo restaurante, si podemos llamarlo así, celebrando las bodas de falso diamante, me robaron una chaqueta de Franco Tocino? Por eso debo tenerlo cerca y a la vista, para controlar su estado de salud. Las sustracciones sólo matemáticas, querido.
-Para Estados, el de Unidos. Que viajamos en el próximo puente, en primera clase, los tres, para que se recree la joya de nuestra pequeña, al Disney World. Y prácticamente tengo reservados los billetes, como aquél que dice.
-De eso nada. Nos vamos al Eurodisney que también nos espera allí el Mickey Mouse y ahorraremos en el viaje tela marinera; que la necesitamos luego para las cortinas del salón.
-Ay por favor, Almudena, tú y tus imitaciones de marcas.
-No haberte casado conmigo entonces, cariño, que bien supiste que me deslumbró tú parecido con Kevin Costner… 

Ángeles Córdoba Tordesillas ©`


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