Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

13 ene 2017

MI LENGUAJE

Hablo con poesía.
A falta de una mirada directa a los ojos.
Hablo con poesía cursi
pero con sentimiento.

Lo que quiero y deseo
lo expreso sin restricciones.
Y pido eso, a lo que creo tener derecho,
sin intrusiones.

Pregunto sin comprometer al otro.
Me lamento, sin ofender a nadie.
Me manifiesto en silencio.

Debato con mi propia mente.
Me alineo con la vida. .

Amo con palabras escritas
lo que no hago
con mis labios ni mis brazos.

Y también lloro con letras y sílabas
por no hacerlo sobre ningún hombro.

Hablo con respeto y poesía.
Y a veces, hasta grito.
Aunque no sepa si alguien me oye.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


Frédéric Chopi-Prelude in E minor Op 28 No 4

2 comentarios:

  1. Es precioso el poema. Yo siempre te oigo, y se que a veces lloras, y que tienes un corazón generoso para la amistad y el cariño, y se que vives con toda la intensidad de que eres capaz, aunque alguna vez aparezca el miedo. Y se que te quiero mi amiga del alma.

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    1. ¡Muchas gracias, Manolo!
      Cuando aparece el miedo, sé que puedo contar con mis más cercanos amigos y, entre ellos, estás tú.

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