Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

25 feb 2017

LO QUE EL VIENTO NO SE LLEVÓ

Bernardo, sombrero de fieltro de los caros, se encontró una noche enamorado, como un bobalicón del tres al cuarto, de una pamela divina sin complejo de superioridad, sin embargo.

Así que, ni corto ni perezoso, allá que se fue tras ella, para invitarle a que le acompañase a ver una obra de teatro que estrenaban esa tarde en su ciudad. "Y porque no tengo para llevarle al Teatro Real que si no, allá que nos íbamos los dos, volando con nuestras alas abiertas de par en par". Pensó.

Pero se llevó un pequeño chasco, cuando ella poco efusiva, rechazó la invitación con un simple:
-No, gracias, caballero, tengo otros planes. Tal vez más adelante. Hoy por hoy, hay un gorro que me tiene bebiendo los vientos, mire usted.

Parece mentira, a estas alturas de mi vida que yo ande tirándole los tejos a una pamela de feria que me tiene atolondrado, y que ella no me haga el mínimo caso.- Se dijo- En fin, ¿qué voy a hacerle?… Puede ser que en otro momento tenga más suerte. Por allí veo acercarse a una peineta andaluza de lunares, con una gracia que no se puede aguantar. ¿Y quién sabe si será ésta la que el destino me tenga reservada?… lo volveré a intentar:

-Señorita… queda usted invitada a un estreno teatral esta misma tarde. Tiene derecho a un abogado, tiene derecho a  guardar silencio, cualquier cosa que diga podría utilizarse en su contra, etc.
-Señor mío, qué susto me ha dado, no sabía si venía usted a invitarme o me estaba arrestando.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©

2 comentarios: