Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

7 may 2017

LLOVER A GUSTO DE TODOS

A ver, Las Clarisas, por el amor de Dios… ¡dejad de aceptar huevos de los novios y familiares de éstos, al menos por una semana o dos, a cambio de que el día de su boda luzca un espléndido sol!

Ahora me explico porqué esta época tan seca, en tantos lugares de nuestro país... Mientras muchos de nosotros rogamos al cielo para que llueva, vosotras, las monjitas, neutralizando estas peticiones con vuestros rezos pues, a buen seguro, tienen más efecto.

¡Que estamos en primavera, os recuerdo! ¡Permitid que llueva aunque sea un poco!

Sabemos bien que “nunca llueve a gusto de todos”- y es "una verdad como un templo"- pero ésta es la estación en la que se espera la lluvia, “como agua de mayo”, obviamente, y es el mes en el que estamos, precisamente.  No olvidéis este refrán tampoco.

Respetando las tradiciones y las supersticiones, en primavera tiene que llover de lo lindo. Lo necesitamos unos y otros, especialmente para beber pero también para que las ciudades se limpien de contaminación y, en los campos, para que prosperen los cultivos.

Así que, en nombre de Santa Clara os lo pido: Por favor, parad esas plegarias por un tiempo, y para un buen tiempo, que urge que caigan en abundancia, aguas mil; que no llegaron en abril. Pues dentro de nada estará aquí el verano con sus calores y entonces querremos tener fresco algo más que el rostro.

Y los novios, si queréis sol el día de vuestra boda, caray, ¡casaos en agosto!

Nota: Y si es menester, por contrarrestar, yo les llevo en cuanto pueda,
una gallina clueca para que, lo antes posible, llueva.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


4 comentarios:

  1. Eaah...eso es, que dejen el clima en paz. Ya parece que le cuesta a la lluvia caer, como para andar con impedimentas...
    ja ja ja...me gusta ese final.

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    1. A ver si nos hacen caso, Chema, y podemos celebrar que llueva o hacen "como si oyeran llover"...
      Gracias.

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  2. Que si,que llueva aunque no sea el gusto de algunos

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