Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

18 sept 2017

DOS NO DISCUTEN SI UNO ES POETA

-Alberto, deja de hacer piruetas en el aire que no te dedicas al circo ni eres niño de siete años.
-Pues, querido amigo, tienes toda la razón. Solamente trataba de divertirme un poco y divertir a mis semejantes pero con este sol radiante, ¿quién necesita ver a un poeta haciendo piruetas?
-Eso digo yo. Pero el sol no es tan radiante hoy…
-Puede ser que sólo lo vea yo.
-¡Tú, con tu imaginación de poeta, que crees que el sol brilla para ti más que para los demás! Pero todos sabemos ver más allá.
-Desde luego, nuestra vista alcanza hasta donde queramos mirar.
-Recuerdo cuando te dio por cantar, sin ser cantante. Eso sí que era divertido a no poder más.
-Ya. Me alegra tanto que te rieras.
-Tampoco me reí tanto...
-Vaya, mira que lo siento.
-Y, hablando de reír ¿cómo es posible que lleves el mismo suéter durante tres temporadas?
-Fue un regalo de un primo lejano que me lo envió desde la Polinesia… y por eso.
-Pues vaya mal gusto que tiene tu primo…
-Ya le enviaré también saludos de tu parte.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©

2 comentarios:

  1. Si uno es poeta, la poesía se halla por encima de la disquisicion,porque la belleza de las palabras, ahoga el resto.

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