Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

17 ene 2018

A NINGUNA PARTE

-¿Qué haces vestido de esa guisa, Honorato?
-De este guiso, mejor dicho, “patatas a la importancia”. Disfrazado voy a la fiesta del vecino, "para todos los gustos" llamada, y lanzado.
-Pero a mí no me ha invitado.
-Eso creo.
-¿Y te parece bonito que no me haya dicho ni pío, a mí, que hubiera ido vestida tan mona, de “costillas a la brasa”, haciendo juego contigo, y con algo de salsa americana?
-Ya ves… inexplicable.
-¿Pero no será cierto que tú acudirás, aún así, habiendo tenido esa falta tan grave de conducta conmigo?
-Hummm, pues como ya estoy listo… me iba a ir yendo.
-Pero Honorato… ¿Qué desgarro de corazón es éste, con lo que yo te he amado siempre que de tanto que te quiero nunca podría perdonarte? Piénsalo bien, antes de decidirte y largarte.
-¿Qué ponen en la tele esta noche?
-El peliculón de Antenta 3, “La revoltosa lady”.
-Ya… Hazme sitio en el sofá de tamaño virtual, querida.
-Bueno, pero antes quítate ese disfraz que con él ocupas mucho y, además, te estoy aplastando, con el culo, una patatita que se va a quedar sin esa importancia que tiene.
-Voy presto y luego vuelvo.
-¿Sin reproches?
-Ni remordimientos. “Hasta que la muerte nos separe”, dijimos.
-Sí, eso es. Ella sabrá lo que hace y deshace. Estamos tan unidos, cariño…

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


2 comentarios:

  1. Hasme lugar virtual jjj. Maravilloso dialogo, (siempre unidos)

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    1. Son las reglas del matrimonio, Víctor, no me invento nada. Ellos las asumen así. Pero el tono es de humor e ironía, fundamentalmente.
      Saludos, amigo. Gracias por tu comentario.

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