Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

20 ene 2018

MI HIJO, EL MEJOR DON

Soy afortunada
por tener el hijo que tengo.
Que no ha podido darme Dios
un regalo más inmenso
que su corazón junto al mío.
Ningún don es comparable
al privilegio de tener su amor.
Cómo me cuida.
Cómo me mima.
Cómo me abraza con sus palabras.
Cómo me cura las heridas del alma,
con su comprensión.
Hasta el día más invernal
lo convierte en primavera.
Borra cualquier sombra
de duda o de dolor.
Me trae luz, color y alegría,
como un mago de la dicha,
con su energía vital,
desbordante
y su chispeante humor.
Me siento tan afortunada
que no dejo de dar gracias a Dios.
Él es la principal razón,
aparte de mí misma,
para que lata mi corazón ,
en un aliento tras otro
y desear continuar aquí
para ser una feliz y orgullosa abuela
de sus hijos.

Ángeles Córdoba Tordesillas 


2 comentarios:

  1. Que bien expresas lo que sientes hermana.

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    1. Tú también lo haces, Celia. Cada uno lo hacemos a nuestra manera, siempre que haya verdadero sentimiento.
      Gracias.

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