Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

24 ene 2015

INTENSO ATARDECER

No un volcán...
Sino rayos del sol
resplandeciente.

Ángel C.T.


Fotografía hecha con estas gafitas que Dios me ha dado.

6 comentarios:

  1. Es el volcán de tu horizonte, ese que captan tus gafitas tan hermoso.

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    1. Gracias, Manolo. Por captar la hermosura de ese horizonte que mis gafitas recogen

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  2. Perfeccionista. Como en todo lo que haces y te propones, has entrado de lleno en el rigor de la supresión verbal de los haiku. Felicidades, no es fácil en nuestro idioma. La foto una belleza, de las mejores que te he visto.

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    1. Gracias, Francisco.
      Como tantas veces decimos, es la naturaleza la que tiene la cortesía de hacernos estos magníficos regalos. Yo sólo... pasaba por allí. Ése fue el mío. Y vuestros comentarios, ahora, otro.

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