Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

20 feb 2015

UNA PROPOSICIÓN MUY DECENTE

Te propongo,
ya sin indecencias ni todo eso
que nos queda pequeño o grande...
quién sabe,
un atardecer tranquilo,
tomados de la mano
en camino llano.

Contemplar juntos el horizonte, vertical,
tras el ventanal de nuestros sueños,
mientras una polonesa de Chopin
acude a nuestro encuentro.

Entre risas imprevistas
por cosas del pasado sin importancia
o tal vez por nosotros mismos,
hundirnos en la magia del momento,
sin más prisas
que las de un poema mal hecho.

Fundirnos,
sobre el reconfortante lecho del afecto,
con los temores jubilados
y resquebrajados los desconciertos.

Atrás, abandonadas ya,
a su suerte,
las ataduras y veladuras.

Te propongo y te propongo
como candidato para ello.

Tú eres mi propuesta,
firme propuesta ya sin indecencias
ni nada de eso,
por si no estamos a la altura de aquellas.

Pero con el corazón en la mano
que no en un puño,
dime que te atreves a no ser valiente
y a no serlo conmigo, principalmente,
por los dos.

Ya pasó el tiempo de las heroicidades y temeridades.
Ahora el que nos queda es para vivirlo intensamente.

Si tú sueñas,
yo soy tu sueño.
Si estás despierto .
yo, a tu lado.

Yo te propongo
simplemente…
Pero tú
no tienes que responder ahora
es suficiente con que leas
este poema
escrito de madrugada.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


2 comentarios:

  1. ¿Qué mejor propuesta?.
    Creo que pocas personas la rechazarían, por no decir ninguna.

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