Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

2 abr 2015

CAMINO ADELANTE

Toda experiencia encierra
una promesa cierta de aprendizaje,
más o menos práctica.
En amores,
quizá no al instante.
Cuántas venturas y desventuras
se pueden encontrar
en los surcos
de las ilusiones nuevas.
A jirones, un corazón
aún esperanzado,
subiose a un carromato
cargado de palabras
hermosas, preciadas
y contenía las frases
que quería escuchar.
Venía cansado del pasado
y caminar apenas podía.
Yo te llevo,
le dijo aquél que lo conducía.
Muchos kilómetros han hecho,
ni prestados ni devueltos,
con acompasados latidos.
Los axiomas no dan consuelo
a los desconsolados.
Buen viaje,
si no compartimos destino.
Puedo bajarme aquí…
y seguir camino adelante.
Siempre uno está dispuesto
para las despedidas.
Y aún,
andar solo, puedo.
Al camino... no le temo.

Ángel C.T. 2014

Fotografía hecha con estas gafitas que Dios me ha dado.

2 comentarios:

  1. Es precioso este poema salido de la pluma etérea que guardas en tu nube. Caminante no hay camino....

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