Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

29 jun 2015

LUNA RIFADA

Se rifa la luna.
¿Quieres un boleto?

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


Fotografía hecha con estas gafitas que Dios me ha dado.

28 jun 2015

UN PAVITO MUY PAVO

A pesar de la inocencia de su nombre y de que creía en las segundas oportunidades, ella, no era fácil de satisfacer.

Con todo ese despliegue de medios para conquistarla, ese pavito real era bastante torpe, inmaduro, en cuestiones sentimentales. Había nacido en Aranjuez, cerca de los Jardines del Príncipe, pero no, ése no era un motivo suficiente para mirar por encima de las alas a nadie. A Inocencia le gustaban las aves sencillas. Venidas de otros mundos o del suyo propio pero con garantía de devolución.

-Hacedme sitio que paso- Decía, hinchando las plumas y prácticamente ocupando todo el espacio suministrado por el Ayuntamiento. “¡Pero qué se habrá creído este pavo!”, decían los demás.
-Mira Gervasio, yo entiendo que tú tengas muchos metros cúbicos de corazón, y me lo has demostrado más de una vez, y que te guste expresar tres opiniones al día, entre café y café, pero los demás también tenemos derecho a ser el centro de nuestro universo. ¿Puedes comprender esto tan sencillo?
-Mi  inconsciente intelectual me permite eso, y más, que no me da la gana comprender, porque soy inmaduro emocionalmente. Me extrajeron el apéndice en el extranjero, cuando era muy pequeño, y no me lo devolvieron. Lo abandonaron allí, a su suerte. Eso me marcó a fuego, lento, y desde entonces mi frustración ha ido en aumento.
-De acuerdo, pero tú hazte cargo de que nadie tiene porqué comprender eso. Todos tenemos nuestros problemas, organismos oficiales, y un pasado turbulento.
-Me parece muy bien y lo lamento, al mismo tiempo, pero yo no soy responsable de nada de eso. He nacido con estrella y nadie conseguirá que me estrelle. Déjame de monsergas, Inocencia, por mucho que me quieras… Y no me entretengas más, que voy a tomar mi sesión de rayos UVA en la UVI solar. Si me quieres bien y si no, también.
-Ve con Dios, pues. Y sigue pavoneándote a tus anchas y largas. Ya te iré a ver un día de estos, si no tengo nada mejor que hacer... que lo tendré.

Ángeles Córdoba Tordesillas © 2013


27 jun 2015

MI FE

Mi fe rendida a tus pies.
Señorita expectante,
de saltamontes y mariposas
consigna silvestre.

Esperanza y fuerza,
para los días venideros,
no desea probar sin ti
su sabor amargo.

Caridad, entra 
y sale del alma,
holgada y risueña.
Como un destello
de bondad...
o parecido.

Alma, corazón y vida.

Todo eres para mí.

Ángel C. T.©2015

Fotografía hecha con estas gafitas que Dios me ha dado.

MI VIDA VIUDA

Mi vida viuda, llanto pobre.
Despierta… y sola.
Despierto y llora.
Interrogantes sobre el suelo.
Desánimo, cubriendo
las paredes
en esta casa
que es mi cuerpo.
El que dejaste,
luchando,
cansado,
cribando,
entre un sol y otro.
Tristeza,
por momentos, desconsuelo.
Viuda,
sin casamiento previo,
por la lejanía
y la falta de noticias.
Hoy cumples, o cumplirías, 60.
Felicidades.
Allá donde estés.
que tu esencia
viva siempre
y bondadosa y noble
tal y como tú fuiste, eras, o eres.
A saber...
Mi amor y el tuyo son uno.
Y seguirá volando libre,
por los siglos de los siglos.
Si pides un deseo
que sea yo tu deseo,
es mi deseo.

Ángel Córdoba Tordesillas ©


26 jun 2015

HIJA DE LA NADA

¿Y dónde estaba yo,
cuando me amabas…?

¿Dónde se hallaba mi corazón
para no atender tu llamada?

¿Con qué otros latidos
distraería sus latidos?

¿Por qué arenas se tumbaba
a broncear su piel vetusta,
y delicada,
al tiempo que
me dedicabas, esos silencios,
tan tuyos, tan cargados de palabras?

¿Quizá, pensamientos con mi nombre,
con mi cara?

¿Qué otra cosa importaba en el universo,
aparte de tu mirada,
y de esa sonrisa jovial, alma grata,
ingrata conciencia evadida, la mía,
huérfana de padre y madre?

¿Dónde me albergaba,
moraba, existía, sin existir?

No me explico cómo fue posible
ignorarte, ser analfabeta de ti, de tu amor,
en el refugio del viento,
en el útero de la calma,
mientras me perdía tan dulce acontecer.

Ahora lo sé...nunca llegué a nacer.
Soy hija de la nada.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©2015


Pintura hecha con estas gafitas que Dios me ha dado.

25 jun 2015

EL PASO DEL TIEMPO

Lo importante es que existas.
Con cara nueva o cara vieja,
con fruición y pasión,
sintiendo los rayos del sol amaneciendo
o con fricción.
Convenciendo a la tarde, anodina,
para que vaya a dormir, contigo y pronto,
antes de que se haga la noche,
y te atrevas a pensar cosas gordas
que te resten el sueño.
El paso del tiempo es firme
pero no lo temas.

Lo principal es que sigamos por aquí,
sonriéndonos,
con bastones o sonotones,
dándonos la mano, amigablemente,
abriendo los brazos a nuestro encuentro.
Cuando lleguen las revisiones médicas,
a esperar resultados buenos
y ver cómo el sol se recoge, tras la montaña,
o los edificios,
con una sonrisa marcada en la boca,
después de su larga jornada.

Lo que importa es lo que importa…
Deja que pase el tiempo, mientras,
saboreamos la dulzura de la vida,
aunque no salude, él sabrá de sus cosas.

Ángel C. T. ©

Fotografía hecha con estas gafitas que Dios me ha dado. 

COLUMPIÁNDOME

Era joven
casi niña…
Apenas tenía tiempo
para contar el tiempo.
Subida a un columpio
de ruiseñores cantarines,
por atardeceres perdidos,
como los magos
de los cuentos.
Cántame, bobalicona
una canción popular
que me desate la imaginación
y me calme los nervios.
Ahora, tú que sabes,
como son los disfraces
de los nuestros,
jugaremos a descubrir
quién es el más travieso
de todos ellos.
Simplemente, en vano.
los poetas
hacen bien su trabajo.
Los músicos
liberan notas de madrugada
sin apenas sonidos
soñados….
Los pintores,
enfrascados en sus cuadros,
embadurnados de pintura
sumidos en la fantasía
de otros mundos,
qué bien cuelgan colores
en las superficies terrestres.
Solamente yo,
sigo en el columpio,
sin saber qué hacer…
esperándote.

Ángel C. T. ©

24 jun 2015

LOS MUROS

Todos los muros, antes o después, terminan por derrumbarse.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©

Fotografía hecha con estas gafitas que Dios me ha dado.

EN SU AUSENCIA

-Mientras no estabas ha venido alguien y ha preguntado por ti.
+¿Era pescadero?
-No. Ha venido diciendo algo de pulpo y de sardinas… no sé si sería sobre algún cuento.
+¿Pero no era pescadero?
-Que yo sepa no. Lo lamento.
+¿Y te ha dado algún mensaje para mí?
-¿Qué quieres decir?
+Hombre, que si te ha dado algún recado.
-Ninguno. Sólo ha dejado ese cajón con todo ese pescado. Algunos mariscos también he visto. Y se ha ido por donde ha venido, claro; como el atún que también ha traído… era tan bonito…
+Mira tú… Y ahora voy yo y te doy las gracias.
-…Que mañana vuelve a dejar el resto, me ha comentado.
+¿El pescadero?
-¡Que no ha venido ningún pescadero, te digo!
+Lo habrá guardado en secreto.
-No. Lo ha dejado todo sobre la encimera de la cocina. Debes guardarlo rápidamente en la nevera que ya empieza a oler igual que el pescado estropeado. La próxima vez que no venga el pescadero, avísame, para estar preparado.

Ángel C. T. ©2014

Ilustración de su autor.

PIROPOS DE UNA MADRILEÑA (5)

TU DULZURA

De tu dulzura no me pongo a dieta,
porque un empacho de ti
no suma kilos a mi silueta.

Ángel C. T. ©

DECISIONES

Hay decisiones que solamente se pueden tomar con el corazón.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©

Fotografía hecha con estas gafitas que Dios me ha dado.

NOCHE DE SAN JUAN

San Juan, San Juan...
te llevaste nuestras penas y miserias para siempre. Ardieron en la hoguera de la purificación. 
Ahora conviviremos con las alegrías y la generosidad.
Gracias. 

Ángeles Córdoba Tordesillas 

Fotografía hecha a la hoguera de San Juan, en la plaza de mi pueblo, por mis gafitas. 

23 jun 2015

EN EL OCÉANO DEL CIELO

Suaves contornos las nubes forman, en su despedida.
Poco a poco, se dispersan en el océano inmenso del cielo
dejando en el corazón, el sentimiento de la eternidad efímera.
Como los amores fugaces que existen para siempre.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


Fotografía de una espléndida Noche de San Juan, hecha por mis gafitas. 

QUID PRO QUO

Él era un hombre exigente, sin duda. Ella intentaba ser práctica, todo lo que le daban de sí las medias. Él necesitaba vertirse con aquella camisa recién lavaba. Ella la tendió tres veces, para que se secara antes. Él tenía su propia forma de agradecer los detalles de ella. Ella le toreaba bien los cuernos. Él se subió la cremallera y ella fue a comprar a las galerías más caras del centro. Quid pro quo.

Ángel C. T. © 2014

22 jun 2015

NUESTROS DESIERTOS

Que no avancen los desiertos…
que avancemos las personas, a través de ellos.

Ángel Córdoba Tordesillas ©


LA MUDANZA, DANZA

ÉL-¿Cariño, dónde has puesto mi cansancio?
ELLA-¿Tu cansancio?... en el dormitorio.
ÉL-¿En el dormitorio?
ELLA-Sí, eso he dicho.
ÉL-Pero a mí me gusta tenerlo más cerca, ¡me lo llevo al salón!
ELLA-De eso nada. Ahí he puesto la alegría de los dos, es mucho más decorativa.
ÉL-Entonces, lo coloco en la cocina, para cuando lo necesite.
ELLA-Tampoco. Está llena de salud, para mezclarla con los alimentos al cocinarlos.
ÉL-Vaya, pues no me va a quedar más remedio que estar feliz y sano, al menos durante el día, por tu orden artístico.
ELLA-Corazón mío, estás pisando el amor, que lo he dejado sobre la alfombra, hasta que encuentre para él, el mejor sitio de la casa.
ÉL-De acuerdo. Andaré con cuidado, hasta que vaya sabiendo el lugar de cada cosa. No me llevará mucho tiempo, espero...
ELLA-Ve al trastero, por favor, y tráeme algo de agradecimiento se me ha olvidado sacarlo de las cajas. Nos vendrá bien tenerlo a mano...

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


MIRADA POSITIVA

Mirar el lado bueno de la vida
y el lado claro de las personas,
nos ayuda a vivir más confiados y felices.
Y, curiosamente, los que nos miran
¡sonríen!

Ángel C. T. ©

NECESIDAD DE AMAR

Esa necesidad de amar
que brota desde las entrañas más recónditas,
que se aferra a veces a cualquier cosa;
al esqueje de un amor incipiente,
a la raíz de un gran amor, ya arrancado,
desgarrando, con ello, el alma,
al rescoldo de una pasión apagada...
A todo, a nada.

Esa necesidad que es mucha
aunque no sea tanta,
que puede llevarte
hasta el borde de un abismo infinito
y hasta el mismo cielo
donde aspiras el inigualable aroma
de la felicidad.

Tanta necesidad
y tanto amor que trae dicha
y a veces desdicha,
de la que no es fácil desprenderse
porque es tan familiar
como la propia sombra
y, como ésta misma,
a veces oscura
no permite compañía,
sólo desea una luz que la elimine.

Esa necesidad de amar,
de que te quieran y de querer,
responsable de tantas heridas
y de tantas risas también.

Quién puedes decirme
que no sabe de lo que hablo.

Ángel C. T. ©

21 jun 2015

¡BIENVENIDO, VERANITO!


¡Hola, amigos!
Ya estamos preparadas para el calor sofocante.
Este verano lo tomaremos con mucha calma, con algo refrescante y la mejor compañía.
Tenemos nuevas amistades. Hay que abrir bien las ventanas de la nube, de vez en cuando, para ventilarla. Siempre es bueno conocer a personas que aporten optimismo y alegría.
Qué agradable es compartir momentos, risas y, si es posible también, algún zumo de fruta natural.
Así que, con planes para las próximas vacaciones o sin ellos, comenzamos con mucha energía y totalmente renovadas. ¡Ningún tiempo pasado fue mejor!
¿Y vosotros qué tal habéis comenzado el período estival?

Ángel C. T. 

LLEGÓ EL VERANO

TOC, TOC.

-¿Quién es?- Preguntó la primavera.
-Soy el verano-Respondió el verano.
-Espera un momento. Todavía estoy terminando de preparar las maletas y me voy donde me quieran o hasta el próximo año.
-Muy bien, estoy disponible y dispuesto, desde hace unas horas, para entrar en escena y tomar el relevo.
-Menudas prisas tiene éste… A ver con qué afanes viene.
-Te estoy escuchando detrás de la puerta. Abre de una vez que sales con retraso importante y no quiero empezar mi temporada enfurruñado. Deja, si eso, el maquillaje para luego. Te acompañaré hasta la parada de autobús más cercana para demostrarte que vengo con ganas y buen humor a estrenarme.
-Como quieras, pero vuelvo caminando por donde he venido… si aquí ya no se me quiere. A ver qué haces, ahora, con todas esas flores con las que he adornado los campos que eres muy capaz de secarlas en breve, sin piedad, y asfixiar a los pajaritos con altas temperaturas incontrolables.
-Vaya, vaya… anda que te vas contenta.
-Me voy con buenos recuerdos que es lo importante. Te dejo solo y apáñatelas como puedas, con los amarillos.
-¿Pues sabes qué?... A pesar de todo, voy a acompañarte un tramo del camino, porque soy un caballero y te llevaré ese equipaje, cargado de pólenes que tienes. Y te diré adiós, sin rencores, a ti, a los catarros indefinidos, y a las alergias primaverales... que todos tenemos algo por lo que callar.

Ángel C. T. ©

Fotografía hecha con estas gafitas que Dios me ha dado.

20 jun 2015

CARPE DIEM

Quién sabe si abatida,
la primavera,
ya no presume de ser estación de ferrocarril de filme antiguo
en donde ni el viento baja a estirar las piernas.
Se conforma con abstraerse con sus aves cantarinas,
trinando a todas horas, alegres, cuales inocentes criaturas,
se olvidan de la muerte,
y no esperan a la llegada de algún tren en el verano
que les traiga seguro de vida.
Viven el momento,
tal y como rezan los días,
haciendo penitencia, a pesar de las escasas lluvias
primaverales.
Algún vuelo que otro, de rama en rama.
Carpe diem, repite un jilguero tricolor.
Los demás, cantan a todo lo que se mueve,
como hacían los hippies
que ya murieron…

Ángeles Córdoba Tordesillas ©

Fotografía ampliada, hecha con estas gafitas que Dios me ha dado.

19 jun 2015

LA PAZ

La paz tiene recursos.
Sabe cómo huir fácilmente
y cómo defenderse de lo que le duele
y cómo resistirse
sin enfrentarse.
Tiene contactos la paz.
Se lleva bien con la honestidad
y la actitud generosa,
casi primas hermanas.
Grande la paz,
en sus humildes
y contundentes discursos,
sin palabras, sino de voces calladas
y extendidas manos,
de corazones abiertos.
Prodigios y mensajes
llenos de milagros de esperanza
y doctas supervivencias
en las conciencias aseadas.
Suerte de paz,
leal compañera,
que siempre llega
porque siempre está.
Y sólo viaja
de dentro afuera,
como la felicidad.

Ángel C. T. ©2015

Autorretrato hecho por mis gafitas. Cachorros, de león y cordero, amigos.

LOS TRASPIÉS DE ANDRÉS

Andrés, cada dos por tres daba un traspié. Y nada tenía que ver esto con que rimase con su nombre, aunque también, sino porque generalmente quedaba absorto en lo que hacían los otros.

-Hijo, ten cuidado con esa piedra que, a pesar de que seas animal, te has tropezado tres veces con ella en lo que va de día. Y veo que no aprendes ni a base de heridas en las rodillas.
-Es verdad mamá. Siempre he sido un chico reflexivo y observador, tú me lo has dicho, no sé porqué no me fijo más en estos elementos naturales que se ponen por medio. Voy a la deriva y con el barco de otro que es peor que mal. Y lo que antes era una piedrita, luego se convierte en una roca, siempre en mi contra, y termino contra las rocas. Veo la paja en el ojo ajeno y momentáneamente me ciega y no veo lo que se me viene encima, por delante, piedra, roca o lo que sea… Me choco como si fuera sin frenos y a lo loco.
-Lo sé. Y lo sé porque lo veo venir de lejos, como a los que vienen de las guerras en las películas tristes, pues soy tu madre y te enseñé a vestirte.
-Mamá, ya llevamos hablando un rato y no llegamos a conclusión alguna… ¿Qué final podríamos darle a este relato?
-Anda, ven para acá que te ate los cordones de los zapatos que te la vas a pegar otra vez, Andrés, y de frente.
-¡Voy! Entre unas cosas y otras… se me hace de larga la jornada con tanta caída que no sé cómo no termino con ganas de quedarme en la cama todos los días. Al final puede que, de los nervios, me dé un ataque de risa, ya verás.
-No protestes y aprende a mirar por donde pisas…y no lo que pisan los demás.

Ángeles Córdoba Tordesillas © 2014

CROMOMAGAZINE

Tengo la satisfacción de haber sido invitada, hace unos meses, a hacer una colaboración en esta espléndida y cromática revista : CROMOMAGAZINE (cada número dedicado a un color; en esta ocasión al coral).

El poema que escribí, acompañando a un precioso mandala de Du Rodríguez -gran artista brasileño- está en la página 30 pero os sugiero que leáis y disfrutéis cada una de ellas, pues su contenido derrocha talento y arte, como su creador, José Alberto López, y está hecho con mucho cariño, me consta.

Gracias por vuestro interés.

Ángel C. T.

Éste es el enlace:
http://issuu.com/cromomagazine/docs/cromomagazine_coral_issuu

18 jun 2015

ALGUNAS VECES PASA… DE LARGO

El hombre caminaba asombrado, con sombrero, por la sombra. Ella había llorado sobre su hombro y luego se había secado las lágrimas con el pañuelo del olvido.

-El sombrero forma parte de mi personalidad, me da un aire interesante y no pienso quitármelo nunca más, para saludarte, dama ingrata. Y este hombro es el de un hombre todavía aunque sea sin sombra. Vete lejos y olvídate de que sólo me echo un azucarillo en el café.

-Perdona, ¿tu nombre era...?

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


Long Way Home - Tom Waits (subtitulada)
Mis gafitas sólo pasaban por aquí y se han quedado a escuchar este maravilloso tema. 

LOS CINCO SENTIDOS

Esas gloriosas ventanas corporales que nos comunican con el mundo exterior.
Maravilla de las maravillas.
Gracias a la vista, a pesar de que a veces no nos guste lo que vemos
Gracias al oído, aunque mucho de lo que escuchamos sea ruido.
Gracias al gusto, pese a los sinsabores.
Gracias al olfato. Gran privilegio poder percibir incluso los olores desagradables tanto como las mejores fragancias; siempre uno puede taparse la nariz, si la situación lo requiere, está en nuestra mano. Y hablando de manos:
Gracias al tacto, maravilloso sentido, por medio del cual, nos transmitimos cariño. Ven, dame un abrazo o hazme un mimo, lo necesito.
Benditos sentidos que dan sentido a nuestro mundo.
Rindo este homenaje a algo que en demasiadas ocasiones no sabemos apreciar en toa su grandeza, hasta que no lo perdemos
Doy las gracias a estos cinco sentidos, con todos mis sentidos.

Ángel C. T. © 



HOY CAPULLO, MAÑANA FLOR

Aquí están de nuevo las flores de Elicia.
Siguen creciendo…
Lo que ayer era un capullo, hoy es una espléndida flor.
Si alguna vez te llaman “capullo”, recuérdalo.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


JUGUEMOS

Amor, tú que sabes
dónde y cuándo debe latir el corazón amante,
el que no retrocede ante peligrosos enemigos,
digo temores, por ejemplo, y digo males.

Tú, que sabes, mejor que nadie,
cómo volar en las noches de luna llena,
con el alma gemela de la mano,
que estás invitado a la fiesta
de mi pasión permanente,
donde me invento sueños con encajes,
juega conmigo ahora, que ya somos adultos
y no niños obedientes.

Vamos a caminar descalzos,
sin miedo a mancharnos
con el barro del deseo,
a saltar en los charcos del descaro,
a sucumbir a los encantos de la carne.

No tengas pereza, amor, por enseñarme.

Juguemos que no hay prisa…
ya hace tiempo que se nos hizo tarde.

Ángel C. T. ©

17 jun 2015

ALGO FAMILIAR

¿Un rostro familiar?
El semblante del cielo.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©

Fotografía hecha con estas gafitas que Dios me ha dado.

EL VIEJO MATUSALÉN

-Matusalén, que dice la tataranieta que cuándo te cortas el pelo que vas a parecer mucho más joven.
-Dile que no me interesa parecer mucho más joven. Cada uno tiene fama de lo que es. Y en mi caso, la edad me ha hecho muy popular. De ninguna manera voy a tirar por la borda todos estos siglos, por un peinado de moda, siendo el viejo más conocido del mundo, para que me sustituyan, en el dicho, por otro. La que liaríamos, pollito...
-Pero hombre… que a la niña le hace ilusión verte con el pelito corto.
-¡Te digo que no! Que me siga creciendo el pelo a su libre albedrío. ¡Anda que no te gusta contemplar gaitas a la niña!
-Es que es gallega.
-¡Como si es escocesa, mira tú! Pero todo tiene un límite, hasta mi paciencia.
-Bueno, tranquilo Matusalén… a ver si te va a dar un patatús y no llegas a los 969 años. Total, te quedan tres meses y medio.
-Sí, la cosa ya está chupada, es verdad. Voy a tratar de tranquilizarme que me altero por nada... Por favor, querida, prepárame una tila que me está temblando el pulso y me subirá la tensión..
-Claro que sí. Y también te voy a hacer una ensalada con antioxidantes y brotes de alfalfa, por los alrededores, que te vas a chupar los dedos.
-Se me hace la boca agua. Ñam, ñam... ¡Cómo me cuidas, Edna!

Ángeles Córdoba Tordesillas © 2015

16 jun 2015

VER CLARO

Sixto se presentó en consulta:

-Doctor tengo tres temores.
-¿Serán tumores?
-No, temores, grandes temores.
-Dígame, a ver si puedo ayudarle.
-El presente, el pasado y el futuro, también llamado porvenir, que no lo veo claro.
-No sé qué decirle, habrá que extirpárselos… Mientras tómese esto, Don Sixto, es un jarabe de optimismo y hágase unas gafas nuevas que está hablando con el armario y yo estoy a su derecha. Tal vez por eso no vea todo lo claro que necesitaría. Venga, suba usted ese ánimo que no es para tanto la cosa. A todos, alguna vez, nos asaltan los temores. Le apuntaré en lista de espera…

Ángeles Córdoba Tordesillas ©



CARDOS PERPLEJOS

A última hora de la tarde de ayer, descubrí unos cuentos cardos cambiando impresiones sobre cómo había ido el día.
Estaban muy serios. Al parecer, les resulta inquietante, el paso por delante de algunas personas que andan ensimismadas en sus pensamientos y que no responden a sus saludos. No terminan de comprender esta actitud tan fría por parte de algunos, entre los cuales confieso que a veces me encuentro- (Porque es verdad que una presume de ser educada con todo el mundo pero reconozco que con ciertos vegetales tengo mis reservas).
Los cardos, por más que os cueste creerlo, son seres muy educados, afectuosos y sensibles. Si tienen oportunidad te rodean con sus pinchos encantados. Pero hay que permitírselo.
Verás, la próxima vez que pases delante de ellos, no les tengas miedo. El exceso de prudencia es innecesario con estas cariñosas especies. Te acogerán amablemente como si fueras uno más de ellos. Sus pinchos son los tuyos. Acércate, acércate…
Y luego búscame y me cuentas... si me encuentras, claro.

Ángel C. T. ©

Fotografía hecha con estas gafitas que Dios me ha dado.

15 jun 2015

PIDE POR ESA BOQUITA

En la próxima vida, seré más hermosa que la Magnani, la Callas y la Báez juntas.
Me casaré con un gnomito culto y risueño. Ya no tendré problemas de sueño.
No podrá resistirse porque lo volveré loco de atar. Y lo ataré yo misma.
Veréis que no existirá un gnomo más feliz sobre la faz de la tierra.
Por si fuera poco, compraré el Mediterráneo para los dos solos.
Aprenderé a hacer windsurf durante la noche y durante el día nadaremos juntos.
Y su bronceado, incomparable, será mejor que el de Julio Iglesias 
¡Hey!... no vayas presumiendo por ahí... sin que yo me entere.

(Puede que incluso me anime a colar alguna bola en un hoyo con dog-leg)

Ángeles Córdoba Tordesillas ©

Playa playera, fotografiada de su autor. La tomé prestada.

DOMINGO DE GLORIA

Le llamaban Boliche, porque tenía semblante de tirador de mueble bar. No tenía malicia el hombre pero iba conjuntado para salir a la compra. Se conformaba con rellenarse los labios con esa silicona antiestética que se nota tanto. Cuando estuvo en la mili le llamaban Bolichilla, porque coleccionaba polillas en la ropa, a pesar del olor a naftalina.

Su hermana, La Bolicha, le cosía los botones y le metía el bajo de los pantalones, cuando se dejaba, porque no paraba quieto el hombre y aducía que le hacía cosquillas con las uñas sin cortar, desde que murió su madre- que como buena madre era muy apañada- le hacía todo lo de su casa; aunque le llamaba mequetrefe, de vez en cuando para acomplejarle un poco y que no le saliera el narcisista que llevaba dentro, desde la temporada adolescente, y resbalara por las calles de la vanidad.

Al Boliche le ascendieron a director de sucursal de su banco. Y se volvió haragán y engreído. Había perdido el encanto como la mazorcas de maíz cuando las pones a fuego lento. Se creyó más que El Manco de Lepanto. Ni siquiera se hablaba con su hermana. Hacía burla a todo el que se cruzaba menos a los clientes del banco, lógicamente, no quería perderlos. Pero un día llegó una "multi" a su despacho, pues pidió hablar con el director más director que hubiera por allí suelto, naturalmente, para eso era millonetis, y era él. Ella se sentó elegantemente, o como fuera, a lo Sharon Stone y pestañeó como una Nancy de palacio. Él se quedó con tembleque. No supo si le sedujo más el olor de su perfume francés o el perfil de su bolso italiano, con chequera dentro forrada en raso.

El caso es que, ella, volvió porque se había olvidado el corazón allí mismo, en ese Boliche -no me refiero al perchero- de la oficina central y él, en un arrebato de pasión masculina, raudo, se lo había guardado en caja de seguridad –¿se entenderá el símil sutil?-sin que hiciera falta su firma.

Los aires subidos de tono se le bajaron puerta de calle, a la entrada de la oficina, in alvis, con los cantares del amor hermoso. Menos mal -pensó la hermana- este tontaina se había creído algo… por su puestazo de piscolabis. Ha recuperado la sencillez y la cara de tronio perserverante. Parece mentira que todo lo haya logrado el amor de una mujer rica. A ver si ahora me devuelve los cien euros que le presté para la última entrada del partido Madrid-Barça. Y ya que ella es más alta que él, y mucho más que yo, pues que sea quien le acompañe la próxima temporada que a mí no me gusta el fútbol ni nada que se le parezca y mucho menos verlo detrás de las cabezas. Nuestra madre se sentirá ahora orgullosa de él, ya de una vez, desde la gloria bendita y yo, feliz porque bendita la hora en que ha conocido a esta mujer, llamada Gloria.

                                                          FIN GLORIOSO
Ángel C. T. ©2014

DOS SUPER-AMAPOLAS

Las dos últimas supervivientes en todo el planeta Tierra en esta primavera agonizante. ¡Asombroso, justamente en el campo de mi pueblo! Soy una privilegiada, lo sé. Ayer mismo he tenido la oportunidad de fotografiarlas y de hacerles una pequeña entrevista.

-Buenas tardes, chicas. ¿Todo bien?
-Todo muy bien. Aquí, resistiendo los cambios de temperatura, tormentas, vientos... lo que se tercie.
-Caramba, sois más fuertes de lo que parece. Y eso que tenéis fama de ser enormemente delicadas.
-Muchas veces infravaloramos la fortaleza de lo frágil.
-¡Qué me vais a contar! Lo que yo llevo pasado...
-Mira, nos gustaría tener un rato de tranquilidad... no sabemos cuando puede descargar una nueva tormenta. Y ya vemos por dónde vas... como te demos cancha, nos sueltas tu vida en un momento y, compréndelo, andamos escasas de tiempo.
-¿Que me vaya por donde he venido?
-Eso mismo.
-Bien. Sin pelos en la lengua... Así me gustan las flores. Sólo una última cosita, ¿me permitís una fotografía para la posteridad, en mi nube?
-Venga.
-Decid patata.
-¡Patata!
-Gracias. Habéis salido monísimas. ¡Con Dios, amigas!

Ángel C. T.

Fotografía hecha con estas gafitas que Dios me ha dado.

RECONFORTANTE

Le parecía que era reconfortante llegar cada día tras su larga jornada laboral y encontrar a su mujer en casa con la comida preparada y la ropa limpia. Era reconfortante el olor a hogar,

Y andaba de aventura en aventura. Día sí y día también. Los fines de semana doblaba.

Una noche, al regresar a su casa, de una “reunión de trabajo”, se encontró la cama sin hacer y la ropa sucia. Ella no estaba en la cocina, ni fregando la casa, ni pasando la aspiradora por las habitaciones, ni tendiendo, ni planchando… Simplemente se había marchado.

Nunca supo cuál fue la razón, porque no pudo preguntárselo.

Ángel C. T. © 

14 jun 2015

EL MALABARISTA DE AFECTOS

Loquito cuando quería. Aviso por si acaso. El corazón lo llevaba colgando por fuera. Podríamos decir que tenía mucho, porque se veía venir de lejos o que carecía de él, porque estaba fuera de su sitio. Se hacía querer pronto hasta asfixiar. Conseguía favores sin casi pedirlos… hábil manejando los egos y las vanidades. Rápidamente descubría de cada cuál su Talón de Aquiles.

Cuando quería sabía ganarse los diminutivos  para llamarle, porque tenía ingenio, gracia, facilidad para endulzar los gestos y todo lo que se propusiera.

Pintaba sin óleo ni lienzo una sonrisa en la cara de quien le viniera en gana a primera hora de la mañana, sin haber tomado el café siquiera. También lleno de talento para ser cruel cuando algún cable de ese corazón colgandero o de su extraordinario cerebro hacía cortocircuito. Así sin más… porque era martes, por ejemplo.

A placer, jugaba, controlaba o maldecía. La luna tiene dos caras, mijito… la que muestra es blanca y luminosa, la que oculta… es la otra.

Alma infantil por inmadurez o también al libre albedrío, un poco psicótico, un poco “lerele”, tres dosis de arte, dos de mala leche.

Hacían cola para disfrutar de su ingenio, que lo tenía y se jactaba de ello. Y hablando de colas:

“Cuidado con mi amo…muerde”. Advertía el letrero de su perro.
Nadie lo leía.
                                                                         FINALÍN

Ángel C. T. ©

POSDATA:
¿Querías un regalo para tu cumpleaños?
Toma este espejo.
Puedes aprender a hacer malabarismos con sus reflejos.


AQUÉL DÍA TEMPRANO

A-Allá viene, a lo lejos, ese asunto tan feo. Hagámonos los desentendidos para que no nos tome por amigos. Me han dicho que le gusta resolver todos los misterios menos los del rosario.
B-Ni qué decir tiene… El otro día me encontré con él de frente y me produjo un engorro tremendo. Hice como que no me di cuenta pero se me vio el plumero de limpiar el polvo de atractivos ajenos.
A-Como resulte que después de todo no se trate más que de cuatro lagartijas risueñas y de campo. Por lo del asesinato inerte, me refiero.
B-Hombre, de campo han de ser… que en la ciudad no habitan.
A-Pues yo de esas por aquí he visto miles, sin exagerar.
B-¿Y exagerando?
A-También miles.
B-¡Qué espanto! Haces bien en ser prudente, entonces.
A-Adiós, vamos temprano hoy a lo que sea… parece.
C-Así es. Temprano y con vértigo, que la cosa no es para menos.
B-Menos mal, ya ha pasado de largo. Otro día más, sin causa aparente.
A-Sí, menos mal. Otro día más que no se nos pega ese asunto feo, que nos ha pasado por delante, como golondrina.

Ángel C. T .©

UN DELINCUENTE PELIGROSO

Trepa por las paredes de mi casa.
Entra por la ventana.
Me ata y me amordaza.
Me roba el corazón.
Y encima, feliz, le doy las gracias.
Peligroso delincuente,
dulcemente reincidente... El amor.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


TESTS PSICOLÓGICOS














Aquellos tests escolares,
recomendaron a mis gafitas,
en función de sus capacidades,
que siguiera los pasos de la cirugía
o de alguna ingeniería,
para llegar a algún lado en la vida.

Pero ellas,
con su rebeldía natural,
decidieron seguir su instinto
y optaron por ir tras la psicología,
la poesía y el arte,
para no llegar a ninguna parte.

Así que siguen conmigo,
no logro perderlas de vista…
y nunca mejor dicho.

Ángel C. T. ©