Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

26 oct 2015

CÁSPITA, SI NO LO LEO, NO LO CREO

Hay quien todo lo envidia, todo lo copia, todo lo imita.
Carente de originalidad, escasa creatividad y nula imaginación, necesita inspiración en la acción ajena que a su vez, se enajena; ejemplo, yo.

Rabia por la traición, a menudo completamente consciente, de forma ladina, ha compuesto un poema u otra monserga, a la forma y semejanza de los de una servidora, estampándole su firma.

¡Maldita la gracia! ¡No suena bien esa guitarra con tres cuerdas!... pero mientras el que la trastea se crea músico… sonará ese ruido, tal vez infernal, circundante, contaminando el éter, de ridículo mimetismo del arte.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©

3 comentarios:

  1. Nada Angel que te entiendo la envidia siempre existira. Y ese que te ha copiado sabe de sobra que lo ha hecho,y no ha salido de el.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso es verdad. Tienes toda la razón del mundo. A pesar de que otros le aplaudan sus escritos él sabrá que, en realidad, eso no ha sido fruto de su imaginación. Gracias, Celia.

      Eliminar
  2. Es que las cifras "cantan" y la rabia campea a sus anchas.
    Está claro.

    ResponderEliminar