Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

4 sept 2016

POEMA TUNEADO

Cualquier cosa vale hoy 
para poesía.

Una cuchara con alas. 
Una mayonesa cortada. 
Un frasco de nervios. 
Un manojo de calma.
El rabo de una lagartija chiflada. 

¿Que no se queda quieto el niño?
hazle un poema de dos tipos,
para pies calzados y descalzos
y con premio dentro, 
como el Kinder

¿Que se le quema la cena a la soltera?
Será por amor o por olvido.
Tres rezos en la tarde
como penitencia. 
Y unas lágrimas bien lloradas
o de cualquier manera. 

Las campanas de la iglesia
que suenan a las doce en punto 
avisando a misa porque es domingo.
Y el canto de un gallo mudo. 

El flequillo del vecino
a juego con su bigote
de pistolero.
¡Pim, pam, pum, fuego!

EL tercer beso
que por no abrigarlo
se quedó frío.
Las hojas secas del otoño
que todavía no han caído…

Una cita con la vida, 
tanto acompañado 
como solo. 

Todo cabe 
en una poesía
tuneada. 

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


De imágenes de Google.

2 comentarios:

  1. Me ha encantado!! Muy original, muchas gracias una vez más por aportar en nuestro día a día, tú arte e imaginación. Un beso y feliz jueves.

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    1. Muchas gracias a ti, David, no solamente por entrar a visitar la nube sino por participar en ella activamente, con tus comentarios.

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